miércoles, 1 de mayo de 2013

EL MOLINO SISCAR Y SU ACEQUIA DE RIEGO

En el año 1157 Ramón Berenguer, en su carta de población de Alcañiz, cedió el dominio de las aguas del Guadalope a quienes acudieran a poblar el recien conquistado territorio del Bajo Aragón. Desde entonces, sus aguas han sido objeto de un intenso aprovechamiento, empleándolas para mover las ruedas de los molinos harineros  y en el riego de las huertas con la construcción de azudes y acequias. Uno de los afluentes principales del Guadalope es el río Mezquín, en cuyo curso se construyeron varios molinos, uno de ellos es el que aquí nos ocupa, denominado popularmente del Siscar por haber pertenecido a los infanzones de esta familia bajoaragonesa.

SITUACIÓN GEOGRÁFICA

El molino del Siscar pertenece al término municipal de Belmonte de San José, en posición lindante con el de La Codoñera. Su situación en coordenadas UTM corresponde a una longitud 30T-745.183 y latitud 4. 533.816 a una altitud de 477m. El molino se ubica en la confluencia del río Mezquín, en el tramo conocido como Barranc Fondo, con la Val del Moreral que se le une a la deracha. La balsa del molino se halla a una cota superior de unos 15m y se alimentaba con las aguas que le llegaban de dos acequias, la que venía del Mezquín y la procedente de la mencionada Val del Moreral. La primera de estas acequias es la más importante, con una longitud de un kilómetro de longitud, es accesible hasta el azud de derivación por hallarse integrada en el recorrido senderista del Barranc Fondo que discurre por parajes de gran belleza natural. Junto al actual azud, se ven las incisiones marcadas en el roquedo por los maderos de las primitivas presas.

REFERENCIAS HISTÓROICAS DEL MOLINO SISCAR

La primera referencia documentada del molino se remonta al año 1571 cuando su propietario el infanzón de La Codoñera Francisco Siscar lo arrendaba a los molineros de Belmonte. Un siglo después, en 1670, el molino harinero con sus tierras plantadas de cepas, olivos y otros árboles formaban la propiedad de mosen Juan Siscar. Cuando en 1704 se procedió a la demarcación territorial, el molino quedó incluido dentro del término de Belmonte.
En 1724, el infanzón Jorge Siscar era el propietario del molino y de sus tierras anexas que arrendaba por 13 cahíces anuales de trigo. En esta fecha, el molino constaba de dos pisos, martillo de hierro, encalfador, arca con llave, grueza, muela, aro, párpalo de hierro, regle, cuartal, almud y cuchara de hierro. Un año más tarde, encargó a José Sasmuz, maestro de obras de Belmonte, que lo edificara junto al viejo molino una balsa y una pared hasta el nivel del rodete del molino y le construyera un cárcavo con bóveda y cubo por el precio de 100 libras jaquesas, con obligación de terminar la obra por San Miguel de 1726. Asimismo, encargó la construcción de una pared que cruzara el barranco del Moreral, en forma de media luna, de 30 palmos en los cimientos y 10 en la parte superior, hasta el nivel de la peña de la solana, con un canal para el agua, que debería estar lista para San Miguel de 1728 por el precio de 230 libras.

LA ACEQUIA DEL SISCAR

La demanda de agua de riego llevó a los propietarios de tierras de La Codoñera a concluir un acuerdo con Jorge Siscar. El 3 de septiembre de 1745 se firmó la escritura de capitulación para construir una nueva acequia, desde el molino hasta la Vall de Albalad en el término de Torrecilla de Alcañiz. Juan Casamayor se obligó por el precio de 1.900 libras jaquesas, a construir a su cargo, en el plazo de un año, una acequia de 5 palmos de hondo y 4 de ancho con paredes y calzadas. Francisco Celma fue el maestro de la sobras que costaron 2.150 libras jaquesas.
La construcción del puente de piedra del molino Siscar, en sustitución del proyectado en 1745, destruído por una riada, fue encomendada a Cristobal Aguilar, alarife de Valdealgorfa, el 5 de junio de 1770, por el precio de 253 libras y 5 arrobas de aceite para el betún del puente. Debía tener forma de arco de 12 palmos  de luz y de punto rebajado o redondo y tener otros dos arcos pequeños  a ambos lados.
La acequia del molino Siscar ha sido el principal medio de riego de La Codoñera. Su longitud total es de 6,5  Km y tiene una pendiente media del 1%. Sus aguas permitían regar las huertas del término de La Codoñera y algunas tierras de Torrecilla con un caudal máximo de 200 l/s para una superficie de 200 Has. Este sistema hídrico estaba formado por tres balsas conectadas para administrar mejor los riegos: la del molino Siscar, la del Valillo, después del paso horadado en la roca denominado La Mineta, y finalmente la de las Bujosas (con el difícil paso de La Mina y sus cinco pozos para permitir su limpieza). Los antiguos caminos, cortados por el curso de la acequia, salvan el foso mediante pequeños puentes de madera o piedra cubiertos de tierra, llamados "puntarrons". Para su limpieza se dictaban bandos que obligaban a participar a todos los propietarios. En 1959 se intentó reconstruir la acequia y ampliar la capacidad de su balsa, pero las continuas sequías condujeron a su abandono definitivo en 1970.
El entorno del molino Siscar, es un paraje que por su frondosidad ha sido muy frecuentado por los jóvenes  en sus excursiones. Actualmente el molino se encuentra en ruinas, y como los males no van nunca solos, durante el año 2001 los altivos olmos han sufrido de graciosis, terrible plaga en la que un insecto inocula el hongo causante de la enfermedad y muere el árbol. 

                Artículo publicado en el periódico la Hora del Bajo Aragón el 7 de diciembre de 2002

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