lunes, 7 de octubre de 2013

EL DIFÍCIL FINAL DEL SIGLO XIX

   Desde 1880 hasta final de la centuria, el Bajo Aragón padeció una fuerte crisis económica por la confluencia de diversos factores, que se tradujo en el inicio de un proceso de despoblación que continuó en el siglo XX. La voluble metereología con sus prolongadas sequías, tormentas y malas cosechas fue uno de los factores dominantes en esta crisis, aunque  las bajas de los precios  de los productos agrícolas, el cólera y la guerra contribuyeron a agrabar la situación. La década de los ochenta  empezó mal y continuó peor. La mala cosecha de aceitunas de ese primer año obligó al ayuntamiento alcañizano a repartir 1.200 raciones diarias de pan entre los jornaleros que mendigaban por las calles. El Diario de Avisos de Zaragoza del 3 de febrero de 1880 publicó " ....se alimentan hoy de calabaza sin aceite ni pan" y más adelante añadía "si esto sucede en esta ciudad , ¿qué pasará en los 200 pueblos que componen el Bajo Aragón¨".
Los días 7y 8 de julio de1884 hubo espectaculares granizadas sobre las cuencas de los ríos Mezquín y Matarraña. Especialmente fue la ocurrida durante el mediodía del día 8 en la cual se pesaron piedras cuyo peso oscilaba entre una libra y las 21 onzas, que rompieron la mitad de las tejas de las casas de los pueblos de La Codoñera, Valdealgorfa y Valjunquera. El granizo volvió a caer los días 18,14 y 31, afectando los términos de Foz Calanda, Calanda, Torrevelilla, Belmonte, La Codoñera, Fórnoles, La Fresneda, parte de Castelserás y Torrecilla, donde tiró toda la uva, hortalizas y aceitunas, tampoco se recogió ni vino ni aceite, murieron muchos gorriones y perdices.
El cólera castigó a los pueblos bajoaragoneses desde julio de 1885. El 2 de agosto era comentario general la mala situación que se padecía en La Codoñera Valdealgorfa. El periódico El Imparcial del día 8 mencionaba que en La Codoñera había 10 enfermos de cólera y que se habían producido dos fallecimientos. Entre el 2 de agosto y el 7 de octubre murieron 51 personas, de ellas, 35 en el mes de agosto, 11 en septiembre y 5 en octubre, castigando más el tramo de edad superior a los 50 años y a los menores de dos años. Por orden del gobernador civil de Teruel se ordenó el cierre de todas las escuelas mientras se mantuvieran focos epidémicos, situación que en La Codoñera se prolongó hasta el 11 de octubre.
Las fuertes heladas del 31 de diciembre de 1887 y del 1 de enero de 1888 redujeron la cosecha de aceitunas un 80% y estropearon un 70% del olivar.
Las malas cosechas obligaron a realizar importaciones de cereales de mercados exteriores, más baratos que los locales. A estas dificultades se sumaron la plaga de la filoxera, la escasa venta de vino y la quiebra del mercado aceitero que entró en competencia con el aceite andaluz. E l siguiente artículo de Becerro de Bengoa en el períodico El Mercantil Aragonés del 28 de enero de 1888 resume la compleja situación socioeconómica del Bajo Aragón: "Positivamente desgraciada, en su triste aislamiento, es esta provincia. Sus tierras de secano, de poca fertilidad, se destinan en general al cultivo de cereales, que en años regulares producen bastante para el consumo y aún para la exportación; pero van transcurridos ya ocho de escasez que, a una con las causas administrtivas, sostienen la crisis a gran altura. No hay apenas comercio, ni es posible que lo haya, porque sin  ningún ferrocarril (excepto unos pocos Kilómetros), sin carreteras provinciales abandonadas las vías vecinales, hácense los cambios en caballerías y carros, costando por ejemplo, la conducción del hectólitro de trigo, de Teruel a Valencia, tres pesetas. Tan atrasada y cara es la producción, que indican que debe valer el trigo en los puntos de consumo a 27 pesetas y la cebada a 17. Como no hay medios de salida, los vinos, en cuyas plantaciones y fabricación se han hecho positivas mejoras, "se hallan estancados y sin explotar". Aunque se cosechan más de 36.000 hectólitros de aceite de excelente calidad, ese mismo aislamiento y la competencia los dejan casi sin valor. Su ganadería, verdadera base de riqueza para este país, si se fomentara, atraviesa un difícil período, aunque no tan grave como el de Zaragoza. Los precios de las lanas y carnes se han reducido a la mitad. Salen de la provincia anualmente para Cataluña 120.000 cabezas de ganado lanar, 8.000 cabrío para Castellón, y 6.000 de vacuno para Valencia. Los ganaderos procuraron desprenderse de sus  existencias a todo trance y aun a precios bajos; así es que este año en la feria de Alcalá de la Selva se han presentado 7.000 cabezas de cría de ovejas ; detalle hasta aquí nunca observado. Para fertilizar su suelo aspiran los labradores a que se establezcan los pantanos de Híjar ( ya empezado ) en los términos de esta villa, La Puebla y Albalate; del río Matarraña, en los de Valderrobres y Beceite; del Guadalope o Santolea, para toda la ribera de este río en los de Castellote; los de Cibanes y la Salada, en los de Alcañiz y límite de Caspe; el de San Blas en la capital; y el del Mezquin..."
El 12 de mayo de 1888 hubo rogativas en La Codoñera, Torrecilla y Alcañiz, lloviendo algo. El Conde de Montenegrón y el Marqués de Monistrol expusieron ante el Senado el 15 de mayo 1889 la dramática situación económica de la comarca. La miseria afectó a muchos labradores que dejaron de pagar las contribuciones territoriales lo que se produjo el embargo de muchas fincas:

                                                  Nº deudores          Deuda         Valor fincas embargadas
                                                                             (pesetas )                (pesetas )
                           ..........................................................................................................................
                            La Codoñera         62                270.08                   7.638,75
                            Torrecilla              177             1. 597,56              51. 395,52
                            Torrevelilla            102                252,62              11. 784, 52

Los jornales en 1880 eran muy bajos :
          Jornal de cavar: 2,25 pesetas 
          Jornal de zabacequia para regar: 2,75 pesetas 
          Jornal del esquilador con su ayudante: 3,50 pesetas 
          Jornal mensual de un Pastor: 45 pesetas
Los precios de algunos productos de ese mismo año eran:
          100 vencejos: 0,75 pesetas
           Una burra entre 65 y 95 pesetas 
           Una pollina de 20 meses: 120 pesetas
           Un cordero: 17 pesetas
           Dos cerdos: 27 pesetas
           Un jamón: 20 pesetas 
           Una vela para la iglesia entre 1 y 6,50 pesetas
           Un certificado de defunción: 1,75 pesetas
           Arriendo de un corral: de 5 a 12 pesetas
           Contribución de la acequia del Siscar: 2 pesetas 90 céntimos

A finales de diciembre de 1880 llegó una ola de aire frío y seco. Con el nuevo año se repitió la ola de aire  siberiano con temperaturas que alcanzaron los -14 grados el 15 de enero de 1891. El intenso frío mató los retoños de los olivos que ya habían sido castigados  por las heladas de 1888. Consecuencia de la sequía 1891, en agosto emigraron muchas familias hacia Barcelona. Las lluvias y nieves del 19 de diciembre de 1891 convirtieron el Mezquín en un río caudaloso y los intensos fríos paralizaron las obras de la carretera de Morella.
En el Diario de Avisos de Zaragoza del 11 de abril de 1891 leemos que en Hijar " ...se desentierran las patatas que se hallan puestas en los campos, llegando al extremo de tener que regarlas para evitarlo...y hoy han entrdo en un corral de esta villa, han degollado un cerdo y se lo han llevado". Con la mala cosecha recogida en agosto la gente no sabía que hacer con una tierra tan seca viéndose obligada a emigrar. El trigo no podía encontrarse "aún con dinero en toda España", el 27 subió hasta 36 reales la fanega y muy ruin, que bajaban de la sierra trigo centeno y muchas mezclas".
Los precios del aceite comenzaron a bajar en 1892 y las importaciones de cereales disminuyeron los ingresos de los productores, provocando la quiebra de los pequeños propietarios y del valor de sus tierras. También se produjo un reducción del número de cabezas de ganado. A todas estas dificultades, cabe añadir la impopularidad del impuesto de consumos que castigaba la economía doméstica y se traducirá en motines y altercados.
La crisis económica propició un aumento de la delincuecia, que era severamente castigada por las ordenanzas municipales, así por un hurto de patatas en 1882 se pedía prisión provisional. Consecuecia de esta situación fue la emigración de más familias y la aparición de focos de bandolerismo. Entre los últimos bandidos que merodearon por el Bajo Argón destacó la cuadrilla formada  por los hermanos  Francisco y Bonifacio González, Juan Conesa y José Arcos los cuales habían realizado numerosos robos y dos asesinatos. En la detención de esta banda jugó un importante papel la Guardia Civil del puesto de La Codoñera, el 16 de diciembre de 1899. Poco antes , el 23 de septiembre  de 1898 se había firmado el contrato de arrendamiento de la Casa Cuartel de la Guardia Civil entre el primer jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Teruel y Francisco Molins Margelí, alcalde de La Codoñera.
Las guerras de Cuba y Filipinas exigieron su tributo de jente joven. En noviembre de 1886, los municipios fueron advertidos para que impidieran que se ausentaran de sus pueblos los individuos mayores de 15 años y los menores de 32 y no eludieran la prestación del servicio militar. La impopularidad de las quintas y la posibilidad de entrar en guerra, provocó un aumento de las alegaciones de los mozos justificadas como viudedad, pobreza familiar, inutilidad física o tener hermanos en la guerra. En el mes de julio de 1899 regresaron los últimos soldados, acontecimiento que las madres celebraron con novenas de agradecimiento dedicadas a la Virgen.
En 1898 el precio del trigo descendió entre un 30 y un 40% de su precio y el del aceite un 20%., al restringrirse su uso a fines exclusivamente alimenticios, reduciéndose las rentas agrarias y el valor de la tierra. Todo ello provocó el éxodo de la población rural. En Calaceite entre 1890 y 1907 emigraron cerca de 500 familias según Vidiella. Tal cúmulo de desgracias hicieron exclamar a Castelar: " El estado de Aragón es triste. Su cielo implacable, no ha llovido una gota de agua desde 1899. ¡ Oh ¡ . Están por ende, los campos desolados. La población decrece cada día en términos que las emigraciones, allí donde la gente ama con amor tan intenso el suelo natal, parecen antiguos éxodos. Se caen las casas por no haber habitantes, se van los habitantes azotados por todas las plagas inigualables". Los precios se dispararon: el arroz subió a 40 reales la arroba, las judías a 12 pesetas la fanega, el trigo no se podía comprar ni con todo el dinero del mundo con precios de 33 pesetas.
Como hemos podido ver, la crisis nos afectó gravemente y sus secuelas se prolongaron dramáticamente en en el siglo XX. Esperemos que los problemas  que nos afectan con la actual crisis podamos superarla con el esfuerzo de todos y que pronto como un recuerdo histórico.

   Artículo publicado en el programa de l fiestas patronales de San Cosme y San Damián en septiembre de 2013