domingo, 30 de marzo de 2014

LA CODOÑERA RECUPERÓ SU "CASA DE LA COFRADÍA CON TODO SU ESPLENDOR"

La "Casa de la Cofradía", hoy casa consistorial, fue costeada por los Priores de la Cofradía de Nuestra Señora y San Valero, ejecutada entre los años 1576 a 1579. Según consta en el documento de capitulación, de fecha 27 de mayo de 1576, la construcción del edificio le fue encargada a los maestros hermanos  canteros residentes, Esteban Salbré y Juan Salbré, por la cantidad de catorce mil sueldos jaqueses. Es una fábrica de gran belleza, digna de ser recomendada a los visitantes de la comarca.
Este edificio encaja perfectamente dentro de la tipología de casas de cofradía del siglo XVI en el Bajo Aragón, si bien presenta matices diferenciales con respecto a otras construcciones similares.
La Diputación de Teruel encargó a los arquitectos José Fernando Murria y Luis Angel Moreno, la rehabilitación del edificio. Se pretendía mantener la planta baja como bar-casa cultural; la primera, como secretaría municipal, salón de plenos y aseos; y en la tercera ubicar la biblioteca, archivo, sala de exposiciones y aula de adultos.
La primera fase, con un presupuesto de 2.400.000 pesetas, se llevó a cabo en 1987 y consistió en la ejecución de una nueva cubierta, con la reposición del alero de la fachada principal. La segunda fase, cuyo presupuesto inicial de 4,5 millones de pesetas, ha sido incrementado hasta un total de 18, comenzó en la primavera del año pasado.
Las actuales obras de rehabilitación consisten en la consolidación del forjado de la planta primera, ejecutando  un refuerzo, a base de mallazo y capa de hormigón, con sujeción de los maderos existentes.
Lo más sobresaliente de la obra se encuentra en la planta segunda, demolida íntegramente y en la que sólo se han conservado los puentes de madera, apoyados mediante zapatas, también de madera, sobre los capiteles de las columnas de piedra. Se colocó un entarimado de madera de pino sobre las vigas formando un artesonado.
En la zona de acceso se colocó una celosía de hierro fundido como separación entre la entrada y el bar. El último tramo de escalera ha sido demolido y se ha ejecutado una escalera de ida y vuelta. Los pavimentos son de gres de Aragón en la zona de acceso y distribuidores. Como elemento de separación innovadores, se han ejecutado los tabiques de planta primera hasta la altura de las puertas, colocándose vidrio de 8 milímetros en la parte superior para dejar totalmente visto el techo de madera. La fachada se restaurará en una tercera fase en la que se repondrán los sillares.



   Artículo publicado en el periódico de La Comarca el 24 de marzo de 1995