domingo, 17 de abril de 2016

AQUEL HOMBRE

   Aquel hombre se llamaba José Antonio Sancho Bosque, era hijo de José y Josefina.
Nació en La Codoñera el 3 de julio de 1945. Hasta los 14 años vivió en su pueblo natal con sus padres, luego se fue a Zaragoza en casa de sus tíos Vicente y Lucía, muy temprano empezó a trabajar debido a la precaridad del momento. 
Conoció Teresa Cortes con quien se casó, fruto de este matrimonio tuvieron a Maite, vivieron en un principio en el barrio de Torrero y posteriormente en Santa Isabel.
Aquel hombre, le despertó siempre el entusiasmo de hacer cosas y colaborar en todo, humanitario, afable y sonriente.
En Zaragoza, colaboró intensamente con la asociación de mujeres "Gaspar Torrente", del barrio de Santa Isabel. También lo hizo con la  la Real Sociedad Deportiva del mismo barrio. Con la asociación de vecinos "Río Gállego", y con la asociación de jota de Santa Isabel.
Impulsado por su gran afición que era la fotografía, desarrolló una gran actividad.
En su pueblo natal organizó exposicioiones, siempre grababa con su cámara todos los eventos que se hacían. dispuesto para todo.
Nunca rechazó nada, a todo le encontraba su posterior utilidad.
En la casa en donde se depositó el beso de amor y se fraguó el embarazo, en aquel verano desnudo, incógnito, acompañado del soneto. La casa era un sonajero, donde zumbaban las avispas, cantaban las golondrinas y el rocío enarbolaba el sentir de la mañana, allí se desarrolló como mensaje innato.
La luz del sol conversaba con la piedra, llegaba como un peregrino de incógnito, la secaba y calentaba.
Y entre los rosales de la calle y el jardín una voz grave. Aquí sonatas, cuentos, entresijos de la vida.
En tus manos satisfacían las raíces, regando flores hasta que florecían tus huellas en la plenitud de paz en la naturaleza.
Y es así como, trabajando sin parar desprendiste la fecundidad, el aroma del espliego, del tomillo y romero, la frescura de nuestras raíces. De pronto, este canto recibe el agua del manantial sereno, de su voz conducida.
Así el alma exaltará la raíz del viento, y la morada quedará sola y limpia en la luz del firmamento.
Radiantes días que forjaron debajo del cielo estrellado, concentRándose el esplendor de la miel.
Es así verde la hora al sumergirse en hojas, en cantos, en construir un mundo de agua para todos, sin dividir a los hombres, sólo el día y la noche.
El signo tuyo busca para todos, ondulante de ríos submarinos, ojos limpios y corazón abierto.
Fuiste estuario total, sencillo, breve y entregado a tu pueblo.
En tu vida, la palabra fue ala del silencio, y de orquesta sonada.
No estarás lejos, estarás siempre en el recuerdo, en el día. Te estaremos esperando como en las estaciones, cuando en algún lugar estará dormida tu sonrisa.
Se ha quebrantado pronto tu silueta en la tierra, porque en este instante cruzaremos la senda en la tierra preguntando por AQUEL HOMBRE.
Porque todas las raíces, y todos los hilos de la luz vinieron a reconfortarnos.
La dicha, es la torre que estamos subiendo.
Es hoy; el ayer se fue depositando en recuerdos y sueños.
Mañana, llegará con pasos firmes y claros.
Nadie detiene el sol de la aurora.
Nos dejó el día 11 de Marzo de 2916, a los 70 años de edad.





                                                                    IN MEMORIAM

Artículo publicado en en periódico La Comarca el 18 de marzo de 2016

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