lunes, 10 de noviembre de 2025

PEIRONES Y CRUCES DE TÉRMINO EN LA CODOÑERA.

 


    A finales de julio de 1936, el Bajo Aragón vio desaparecer parte de su patrimonio cultural, religioso y arquitectónico. Entre las muchas pérdidas, los peirones y cruces de término fueron testigos mudos de aquella destrucción. Algunos lograron sobrevivivir, otros se reconstruyeron tras la guerra; pero muchos quedaron en el olvido, dispersados por el paisaje como vestigios de un tiempo que pocos recuerdan. En este artículo, nos adentraremos en su historia y en el lugar que ocupan hoy en nuestra memoria colectiva.

    Peirones de dirección

    Las cruces de dirección eran puntos de referencia clave en los caminos principales. Para los viajeros, marcaban el primer vistazo a la localidad a la que se dirigían, indicando que el destino estaba cerca. También solían erigirse en encrucijadas, guiando a quienes debían elegir la ruta correcta en su trayecto. En La Codoñera se han identificado las siguientes cruces:

    Cruz Foradada u Ugereada: se situaba en el camino de Torrecilla, en el punto donde se divisan las primeras casas de La Codoñera, a una distancia de 550 metros. Los protocolos notariales la mencionan como Cruz Ugereada en 1611, Cruz Augereada 1759 y Cruz Abujereada en 1860. Junto a ella, se levantaron la picota y la horca, desde 1776, como símbolo de su jurisdicción, cuando La Codoñera fue nombrada villa.

    Cruz de Bernia: situada en el camino de Valdealgorfa, aparece citada en 1776. Se desconoce su ubicación exacta.

    Peirón del Paironet: está ubicado en el camino de Valjunquera, sobre la Balsa de la Tellería, a 1.200 metros del pueblo. Con sus 588 metros de altitud, es uno de los puntos del término de La Codoñera más elevados, y ofrece una espléndida panorámica de la mayor parte de su territorio. Es el único peirón que se ha conservado: derribado en 1936, fue reconstruído  en 1953. En él están esculpidas las imágenes de los santos Abdón y Senén, protectores contra granizadas, tempestades y tormentas.

   Cruz de Royo: se encontraba situada en la encrucijada de la actual carretera que lleva a la general de Morella con el camino viejo de Fórnoles, a 740 metros de La Codoñera. Se halla documentada desde 1764. Se conserva parte del capitael que fue recuperado por el cantautor Tomás Bosque.

    Cruz del Pla de la Creu: está emplazada en el camino de Torrevelilla al finalizar la fuerte cuesta que asciende desde el fondo del Río Mezquín, y se vislumbra la imagen del pueblo a 900 metros. El topónimo aparece documentado en 1723.

    Cruces de entrada a La Codoñera

    Las llamadas cruces de villa se alzaban en las entradas de los pueblos, marcando no solo el poder jurisdiccional del lugar, sino también el inicio de un espacio de encuentro y esparcimiento. Para los locales, su presencia indicaba el punto exacto donde, según las ordenanzas municipales, se podía jugar a la pelota, tirar al bolo o lanzar la barra. Se hallaban a una distancia de entre 50 y 100 metros de los portales de la villa. Más hallá de su función simbólica y administrativa, estas cruces tenían un profundo significado religioso. Situadas en los caminos que llevaban a otras localidades, eran punto de referencia y oración para los viajeros, que pedían protección antes de emprender la ruta. Su origen se remonta al Imperio Romano, entonces, en las salidas de las ciudades se eregían columnas con la imagen de Mercurio, donde se ofrecían sacrificios en busca de un viaje seguro. Con el tiempo, estos símbolos paganos fueron cristianizados, y hacia el siglo XII dieron lugar a cruces que aún hoy podemos encontrar en algunos rincones del territorio. En La Codoñera se han identificado las iguientes cruces de villa:

    Cruz de la carretera de Torrecilla: se encontraba aproximadamente en el lugar donde hoy está el centro de salud, a extramuros del antiguo Portal de Alcañiz.

    Cruz de las Eras Altas: se situaba fuera del portal de las eras del mismo nombre y marcaba el inicio de la carretera hacia la general de Morella. Aparece mencionada en los protocolos notariales de 1710.

    Cruz del Sol del Lloc: se emplazaba sobre las rocas junto al lavadero, en la Vall. Solo se ha conservado la base de la cruz.

    Cruz del Hospìtal: se encontraba frente al desaparecido Portal de la Balseta o de la Herrería.

    Cruz de Santa Bárbara: se levantaba en el camino hacia la ermita del mismo nombre, junto al paso de la acequia que descendía desde la Balsa de la Tellería, a 400 metros de la villa. Aparece citada en 1683.

    Cruz en el centro de la villa

    La religiosidad promovida por el Concilio de Trento impregnó el entorno urbano y, al mismo tiempo, fortaleció la cohesión social con un sentimiento de pertenencia a un mismo credo frente a la población morisca y judía. Una de sus manifestaciones fue la erección de una cruz de piedra en el centro de la población, junto a la entrada de la iglesia parroquial. Se alzaba sobre una gradería cuadrada de tres escalones y un pedestal que sostenía la columna y un capitel con cuatro caras exibía figuras y escudos de armas, rematado por una cruz labrada con filigranas en sus brazos. Su antigüedad podría remontarse a finales del siglo XV o inicios del XVI.

   La ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés, en su disposición segunda, declaró las cruces de término como Bienes de Interés Cultural, estableciendo su protección.


    Artículo publicado en la revista Compromiso y Cultura nº 128